La economía tiene aroma de mujer
Tuve el honor de participar en el evento Las mujeres proponen. Un espacio para generar ideas y plantear propuestas dirigidas a solventar los problemas a los que nos enfrentamos las mujeres todos los días y organizado por Aliadas en Cadena. La maravilla de este encuentro fue sin duda el alto nivel de participación de mujeres de todos los estratos sociales y constatar que todas vivimos los mismos problemas, con distinta intensidad.
Me tocó participar en la mesa denominada Independencia Económica y Emprendimiento de donde se plantearon una serie de ideas dirigidas a promover el trabajo femenino productivo, la importancia de la educación para las jóvenes y sobre todo el tener un oficio que les permita acceder a una mejor calidad de vida en un país donde más de 3 millones de mujeres trabajan en el sector informal de la economía y el embarazo adolescente tiene el índice más alto de latinoamérica. Unas cifras realmente alarmantes pero coherentes con los niveles de pobreza que se ven a diario en todas las calles y avenidas de las ciudades de Venezuela.
Dentro de la dinámica del debate, expuse acerca del tema de este artículo: la economía feminista. Sin caer en la polémica como bandera política e ideológica o generar un sentimiento de inferioridad ante los hombres, esta rama poco conocida de la economía encierra novedosas formas de mirar la ciencia económica para lograr no solo la igualdad de género, sino investigar acerca del aporte segmentado y formular las políticas dirigidas a crear oportunidades.
Entre los principales exponentes de la economía feminista están: Ester Boserup, Marianne Ferber, Julie A. Nelson, Marilyn Waring, Nancy Folbre, Diane Elson y Ailsa McKay. También hay un libro que es considerado el documento creador de esta corriente: Si las mujeres contaran (If Women Counted) de Waring, publicado en 1988.
Lo primero que hay que aclarar, es que esta tendencia no es tan nueva como parece y que por otra parte se centra en cuestionar que la Economía siempre ha tenido un innegable sesgo masculino a lo largo de su historia y evolución para lo que fundamentalmente busca romper esa visión en la cual, por ejemplo, el trabajo que realiza la mujer en el hogar, no es considerado como un trabajo productivo y remunerado que deba ser considerado como parte del cálculo del PIB, un esfuerzo que se invisibiliza dentro de la concepción neoclásica. Por otra parte, están las diferencias de género que generan conflictos en muchas sociedades, algunas veces irreconciliables y que afectan el desarrollo de los procesos económicos, haciéndolos mucho más lentos.
Esta forma de ver y analizar la economía busca enfocarse fundamentalmente en la economía familiar centrada en la mujer y las conexiones que de ella se derivan para el resto, buscando incorporar estos elementos como centro de políticas públicas más inclusivas que resalten la importancia de estas actividades como base de una sociedad más equilibrada y cuyos principales postulados se concentran en la denominada Economía del cuidado.
De igual forma, estas investigaciones buscan resaltar la importancia de las relaciones familiares y el papel que juega la mujer en ello, pero más allá, en la incidencia a nivel de agregados macroeconómicos que tiene esta economía del cuidado. Es decir, el aspecto social del trabajo femenino y su aporte en el crecimiento de los países.
Por otra parte, la Economía Feminista toca el polémico aspecto del Trabajo No Remunerado, sobre el cual aún no hay consenso acerca de su categorización, pero que resulta evidente que tiene una contribución palpable a la sociedad, por lo que su aporte debería ser considerado en términos monetarios y ser parte de una política pública.
Finalmente, visto que el tema da para mucho, lo estaré analizando en próximos posts, porque también se relaciona con la economía conductual, la neurociencia, la economía del ocio, la macroeconomía, la economía de la moda y un larguísimo etcétera, temas todos disruptivos y novedosos de la economía
El #GirlPower llegó para quedarse, porque la economía, a pesar de tener mayoría masculina, indudablemente tiene aroma de mujer.
Referencias:
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1852-15682012000100003
https://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_feminista#Econom.C3.ADa_del_cuidado
https://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_feminista