¿La economía se puede vestir a la moda?
Hablar de moda es hablar necesariamente de consumo. El consumo desde el punto de vista de la teoría económica es el componente más importante del Producto Interno Bruto (PIB) y el motor del sistema capitalista.
Ahora bien, en lo que respecta a «moda», que según Wikipedia viene del fráncés mode y éste del latín modus, modo o medida se trata de un conjunto de prendas de vestir, adornos y complementos que se basan en gustos, usos y costumbres, y que se usan durante un periodo determinado.
Sin caer en los dilemas filosóficos, moralistas y hasta espirituales, desde el punto de vista económico se convierte en una actividad manufacturera que tiene importantes elementos dinamizadores del aparato productivo de cualquier país.
El negocio de la moda es una extraordinaria oportunidad para fomentar el desarrollo, en primer lugar porque se incrementa el valor agregado y por tratarse de una actividad a nivel industrial, fomenta varios subsectores de suministro de insumos. Moda abarca no solo ropa, también calzado, accesorios y sus derivados.
Por poner un ejemplo. Las grandes capitales de la moda mundial, como París, Milán, Nueva York, Madrid con sus eventos y colecciones de temporada tienen tras sí una gran cantidad de actividades generadoras de empleo que requieren de inmensas cantidades de insumos y mano de obra que van desde un simple alfiler, hasta la escenografía del desfile, las modelos, los fotógrafos, publicidad, eventos y los selectos consumidores de la «Haute Couture»
Otros casos menos famosos, pero que son testimonio de la importancia de la Economía de la Moda son Bangladesh, donde el sector aporta el 70% y Perú, porque el 27% de su PEA (Población Económicamente Activa) trabaja en la industria de la moda. Efecto multiplicador de la inversión en la práctica.
Por su parte, en el mundo de la Alta Costura están los grandes diseñadores Dior, Versace, Gucci, Carolina Herrera, Armani, Chanel, Louis Vuitton, por citar algunos cuyas marcas están valoradas en miles de millones de dólares. Eso se traduce en derechos de marca, impuestos y regalías para los países donde estén registrados sus centros de actividades.
¿Qué impacto tiene esta actividad en los países catalogados como centros mundiales de la moda?
En este artículo del Economista.es http://www.eleconomista.es/economia/noticias/8024327/12/16/Economia-La-moda-eleva-su-contribucion-a-la-economia-y-alcanza-el-29-del-PIB-espanol.html dedicado al caso de España, se habla del aporte del sector moda al PIB de España que durante el año 2016 se elevó a 2,9%, incrementándose en una décima con respecto al año precedente. Destaca el artículo que esta actividad aumentó en todos los segmentos de su cadena de valor y que el aporte fue incluso mayor que el del sector primario de la economía y cercano al del sector de Banca y Seguros.
Es importante señalar que la Economía de la Moda tiene impactos sustanciales a nivel del empleo directo e indirecto y es fuente importante de divisas ya que es una actividad ideal para fomentar las exportaciones. Por otra parte, están las oportunidades de crecimiento en el e-commerce, donde, en el caso español, alcanza el 72% de las ventas del sector.
No por nada, Amancio Ortega, dueño del emporio Inditex es uno de los hombres más millonarios del planeta de acuerdo con la revista Forbes. Ha construido su fortuna en esta industria y generado un modelo de negocio cuya característica principal es que tiene cientos de empresas que son sus proveedoras de insumos y materia prima y son todas relacionadas con la casa matriz. Es decir, sus costos operativos son lo suficientemente bajos como para generar economías de escala y altos rendimientos para sus accionistas.
Esta empresa es un claro ejemplo de prosperidad general en un concepto de ganar-ganar. Se generan fuentes de trabajo, impuestos, se reduce la pobreza y el país se desarrolla con base en la exportación.
En conclusión, la Economía de la Moda, pudiera parecer un tema superfluo sin embargo, visto desde el punto de vista estratégico es una importantísima actividad económica con mucho aporte y lo fundamental es que puede contribuir al crecimiento y desarrollo de los países dinamizando el aparato productivo, aumentando el consumo y por ende el PIB, el empleo, la inversión y las exportaciones.
Definitivamente hay que convertir el glamour y la
alta costura en una política pública! 🙂
Referencias: