Ser, hacer, pertenecer
Sé tu el cambio que quieres ver en el mundo»
Mahatma Gandhi
Ser humano, implica ser social. Estamos llenos de relaciones a lo largo de nuestra vida, unas son inevitables, otras son por elección, pero inevitablemente nos desenvolvemos entre nuestros iguales, ya sea por familiaridad, trabajo, amistad, deportes, política o religión.
Desde el punto de vista de la #Neurociencia el hecho de sentirnos parte de algo genera en nuestro cerebro algo que nos lleva a seguir a los demás y que se conoce como efecto Manada o efecto Bandwagon. Es por ello que estar es grupo, pertenecer a algo mucho más grande que nosotros mismos, nos hace sentir bien pues nos activa el sistema de recompensa cerebral, mediante las llamadas #NeuronasEspejo y se bloquea el sistema de aversión a la pérdida y todos los centros implicados en el, tales como la amígdala y la ínsula, que nos generan dolor y la presencia de emociones negativas.
Unirnos a buenas causas nos genera felicidad: los buenos somos más
Asociarnos grupalmente en pro de algo que consideramos puede beneficiar a mucha gente, hace que segreguemos un neurotransmisor que se llama #Serotonina que está asociada con nuestro grado de sociabilidad y por ende con el comportamiento grupal. Siempre tenderemos a imitar a personas que tengan valores y actitudes que nos gustaría hacerlas nuestras, gente que admiramos.
Por otra parte, ayudar a otros es algo que forma parte de un instinto natural y si hacemos que nuestro comportamiento sea inspirador y haga que otros se sumen, crearemos espacios donde, como grupo, hacemos un bloque. Esto tiene una incidencia directa en ese sistema de recompensa cerebral y nos produce placer.
Es por ello que cuando nos integramos a un grupo que tiene una causa dirigida a ayudar a otros nos sentimos mucho más felices que si lo hacemos en solitario (que también es válido). Pero el poder emocional de estar en un grupo generando sinergias y proyectando el hacer algo por los demás, resulta un ejemplo que va a activar en otras personas con valores similares, el efecto manada y la sensación de bienestar que buscaremos repetir muchas veces.
Dime con quien andas y te diré quien eres o dime quien eres y te diré con quien andas
Así reza el famoso dicho popular que también se convierte en una calle de doble sentido. Nos permite concluir que lo que somos nos lleva a lo que hacemos y de allí nos unimos a aquello con lo que resonamos, porque siempre de manera inconsciente, vamos a buscar ser parte de algo que admiramos pero que en el fondo es nuestro reflejo. Pertenecer a lo que somos, seguir a la manada.
Por eso, ser, hacer y pertenecer es el reflejo de nuestra esencia, no podríamos estar con gente con la que no nos sentimos identificados en algo, eso sería ir en contra de nuestra propia esencia. Estaríamos activando el sistema de aversión a la pérdida y en modo desagrado. No tendría sentido estar en un grupo con el que no hay nada en común.
Inconscientemente siempre seguiremos a nuestros iguales, intentaremos unirnos a sus causas o crearemos grupos porque sencillamente, nos hace felices: ser ejemplo, hacer el bien, pertenecer para ayudar.
Gracias @MiamiEmprendedores