Noche de copas: bondades de la economía nocturna
Ahondar en las especificidades de la economía es definitivamente una oportunidad para diseñar políticas públicas creativas dirigidas al crecimiento y desarrollo. En esta ocasión he estado revisando información sobre lo que se denomina la Economía Nocturna, que abarca todas aquellas actividades recreativas que se inician cuando culminan los horarios de trabajo diurnos y las personas buscan ocupar sus horas de ocio en bares, discotecas, teatros, conciertos, restaurantes y afines. Esta economía parte del principio que las ciudades nunca duermen y que la presencia de este tipo de lugares genera un importante aporte monetario a las ciudades y crea fuentes de empleo que incluso por ley, son mejor remuneradas que las similares que sea realizan en el horario diurno.
Por otra parte, las actividades propias de la economía de la noche se basan en servicios y tienen una relación muy importante con lo que se ha denominado Economía Naranja, que tienen que ver con todo lo que se realiza en el ámbito cultural y creativo, lo cual es una fuente alterna de crecimiento económico donde se ven involucrados artistas, productores, cantantes y personal técnico especializado.
En el trabajo elaborado por Shaw, Robert. 2014. “Beyond Night-Time Economy: Affective Atmospheres of the Urban Night.” se plantea que la economía nocturna tiene dos características fundamentales: la primera es que identifica los elementos que desde la política pública pueden ayudar a crear o estimular la economía nocturna en zonas específicas de las ciudades, es decir, fomentar el consumo. Y en segundo lugar, analiza los procesos sociales de esta economía que tienen que ver con la forma como se desenvuelve la ciudad cuando cae la noche; esto abarca desde los niveles de criminalidad hasta la segmentación poblacional que acude a los lugares y actividades, la zonificación y lógicamente la cuantificación del gasto que se realiza en las mismas, es decir, el perfil del consumidor.
Asimismo, la economía nocturna tiene un vínculo irrompible con el entretenimiento, por lo tanto las políticas públicas deben estar dirigidas no solo a promover actividades en cuanto al eventos, lugares o temas específicos, sino que estas acciones deben abarcar elementos conexos tales como: seguridad ciudadana, alumbrado público, calidad de las vías de comunicación, adecuación de espacios para estacionamiento, transporte público nocturno, por citar algunas. Porque para la economía nocturna, aplica lo que los economistas conocemos como la Ley Say, y es que este tipo de actividades generan su propia demanda.
De igual forma, la diversidad de conciertos de acuerdo a un género musical particular, tendrán el público cautivo en función de las características propias del mismo. Igualmente, los restaurantes segmentan su público en función del tipo de comida, el precio y la ubicación. Su alcance territorial es mucho más marcado que en el caso de las actividades desarrolladas durante el día ya que las personas de diversas zonas se distribuyen indistintamente en los locales dependiendo de sus preferencias culturales y patrones de consumo, por ejemplo, una persona amante de la música clásica irá a un concierto en el teatro o local donde se realice, independientemente que quede cerca de su hogar o no. Y es poco probable que asista a un concierto de vallenato aunque se presente en un lugar cercano a su residencia si este género musical no es de su agrado.
Visto esto, para que las ciudades nunca duerman y se genere actividad económica las veinticuatro horas del día es necesario cuantificar las posibilidades que estas representan para el país en términos de dinamización del consumo, aumento del empleo directo e indirecto, fomento de inversiones, recaudación tributaria y elementos intangibles como la marca-ciudad, la cultura y el entretenimiento como factor es importantes en la calidad de vida de los ciudadanos.
Y en Venezuela?
La economía nocturna en Venezuela obviamente se ha contraído a la par del resto de la economía en general, pero nunca ha sido una política pública como tal. Siempre ha habido una importante actividad nocturna de restaurantes y eventos, pero no partiendo de una estrategia formal. Factores como la inseguridad, los altos niveles de criminalidad, la inflación, el desempleo y el cierre de empresas ha incidido negativamente en el crecimiento de este sector que visto de forma técnica, es una actividad económica más y por ende debe ser parte de las estrategias de crecimiento en un futuro cercano, más aún si se ha concientizado que el petróleo debe dejar de ser la primera actividad productiva del país.
Muchos países lo tienen y esta economía nocturna forma parte importante de su estructura: Londres, Nueva York, Madrid, Paris, Buenos Aires, Barcelona y un sinfín de ciudades han rentabilizado el horario nocturno en como parte de las actividades productivas. Como todo requiere de visión y trabajo y particularmente en Venezuela, de un cambio de modelo político.
¿Cómo serían esas políticas para hacer de la economía nocturna una actividad productiva y coherente con las perspectivas de crecimiento y desarrollo económico para Venezuela?
Un comentario
El tema se presta para invitar una copa y conversar sobre potencialidades de la economía nocturna. Buen post! Saludos